EN MODO CONSTRUCTIVO
Y CON GENEROSA VALENTÍA
Del Video-Mensaje enviado a los participantes
de la Cumbre de la ONU
sobre los cambios climáticos,
que se realizó el 22 de setiembre en New York
(Agencia Fides)
“La tierra es realmente un don precioso del Creador, que al diseñar su orden intrínseco nos ha proporcionado las directrices que nos ayudan a salvaguardar la creación.
La Iglesia considera que los temas concernientes al medio ambiente y su protección están íntimamente relacionados con el desarrollo humano integral”.
“La urgente necesidad moral de una renovada solidaridad” (Caritas in veritate n. 49) en cuanto “el ambiente natural es dado por Dios a cada uno, y su uso supone una responsabilidad personal con toda la humanidad, especialmente con los pobres y con las generaciones futuras”.
“Es muy importante que la comunidad internacional y cada gobierno den las señales adecuadas a sus ciudadanos y logren contrarrestar formas peligrosas de utilización del ambiente.
Los costes económicos y sociales, que se derivan del uso de los recursos ambientales comunes, deben ser asumidos por los que hacen uso de ellos, y no por otros pueblos o por las generaciones futuras.
La protección del ambiente y la salvaguardia de los recursos y del clima obliga a todos los responsables a aunar sus esfuerzos, respetando la ley y promoviendo la solidaridad con las regiones más débiles de la tierra (cf. Caritas in veritate, 50).
Juntos podemos construir un desarrollo humano integral beneficioso para todos los pueblos, en el presente y en el futuro, un desarrollo inspirado por los valores de caridad y verdad.
Es esencial que el modelo actual de desarrollo global se transforme hacia una responsabilidad más amplia y compartida con la creación: lo exigen no sólo las emergencias ambientales, sino también el escándalo del hambre y la miseria”
Estamos todos llamados “a ejercitar una responsable gestión de la Creación, a usar los recursos de modo que cada individuo y la comunidad puedan vivir con dignidad” y puedan así desarrollar “la alianza entre el hombre y el ambiente, que debe reflejar el amor creador de Dios”.