LA COMPLEMENTARIEDAD DE LA MADRE Y EL PADRE,
MUJER Y HOMBRE
condición insustituible en la formación y desarrollo integral de los niños
Doctor Dean Byrd
Psicólogo doctorado de la Universidad de Uta, Estados Unidos.
Los niños son mejor atendidos y tienen una mejor vida cuando tienen un hogar con padre y madre.
En la formación y desarrollo de los niños la complementariedad de la madre y el padre es vital; cuando no existe en la convivencia cotidiana uno u otro el riesgo es que esos menores carezcan de un buen nivel intelectual y académico, enfrenten serias dificultades para obtener mejores logros, potencialicen desorden sexual y carezcan de liderazgo y disciplina.
Las madres y los padres contribuyen de manera distinta, de forma complementaria, el masculino y el femenino, en el desarrollo del niño.
Las consecuencias de una educación y formación en la que sólo existe la madre o el padre, arroja conclusiones que son dignas de considerar en torno al debate de la adopción por parte de parejas del mismo sexo, es decir mujer-mujer y hombre-hombre.
En un entorno familiar en donde sólo está la mamá, los niños “no han tenido las mejores oportunidades”, son conflictivos en su entorno escolar, años más tarde propensos al abandono del trabajo, situación que se ve agravada en donde son muchos los hijos y las condiciones económicas muy precarias.
Para el sano desarrollo intelectual, cultural y, sobre todo, emocional, el rol de la madre y del padre es insustituible si se quiere privilegiar una formación de personas con mayores oportunidades de desarrollo, independencia y seguridad.
“No existe una teoría de desarrollo psicológico que diga que sólo las madres son cruciales para el desarrollo de los niños. En realidad, lo que sí es muy importante es que exista el padre y la madre, juntos.”
Más niños y niñas que necesitan ayuda psiquiátrica “sufren de no tener la atención de sus padres”.
Niños menores de seis meses que mantienen una comunicación y trato afectivo –a través de juegos- por parte del papá, obtiene calificaciones más altas en las pruebas de conciencia.
Un padre que está involucrado positivamente con sus hijos aumenta el desarrollo de una imagen corporal sana, autoestima, fortaleza moral y aptitudes sociales.
Niños que han sido criados por padres participativos y comprometidos son mucho más exitosos en actividades académicas, atléticas y sociales y tienen una alta autoestima comparada con aquellos que sufren de la ausencia de cualquier de los padres.
Las niñas aprenden de sus padres a como relacionarse con hombres, aprenden de la heterosexualidad, la confianza y la intimidad, también de la firmeza, independencia y de la satisfacción de los logros. Un padre que se involucra positivamente y que provee a su hija con una relación estable de amor y respeto evitará que otro hombre la explote.
Algunas características de niños que en su desarrollo no tuvieron esa complementariedad en su formación familiar:
Son menores que no tendrán una gran capacidad de liderazgo, registrarán muchas frustraciones y trastornos emocionales, como miedo, inseguridad, dificultad de adaptación y más aún desarrollarán una confusión en su definición sexual.
En el caso de los niños que son mejor atendidos y tienen una mejor vida el antecedente permanente es que tienen o han tenido un hogar con padre y madre.
Los padres y las madres, los hombres y las mujeres, que crían a sus hijos tienen diferentes funciones al momento de esta crianza.
Cuando la madre abraza al niño o la niña lo lleva hacia su pecho y le da a ese menor protección, seguridad y confort. Los papás, a su vez toman al niño y cuando lo tocan es para estimularlos intelectual y emocionalmente.
Con ello los estamos apoyando a que obtengan mejores logros intelectuales y académicos, contribuyen en una forma complementaria, enfatizan en el menor los conceptos de justicia, moral y deber.
En parejas del mismo sexo todos estos elementos cruciales en la formación de menores no estarán garantizados y la consecuencia será el haber criado a personas con evidentes problemas psiquiátricos, inseguros, inestables, pero sobre todo distantes de esa relación que sólo puede darle una madre o un padre en complementariedad.
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